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Dante Pinturerías cumplió 30 años: “mi objetivo era embellecer el Alto Valle de Río Negro y Neuquén”

Una de las firmas más reconocida en venta de pinturas y asesoramiento festejó sus 30 años de vida. Cuenta con sucursales en Río Negro y Neuquén y trabaja en la construcción de su nueva casa central.

El pasado viernes 3 de septiembre, Dante Pinturerías realizó un agasajo al personal, clientes y amigos para festejar sus 30 años de vida en la región en el Hotel del Comahue, en el marco de 30 aniversario.

Su fundador, Dante Scantamburlo, agradeció el acompañamiento a la firma “de tantos amigos, clientes, pero, sobre todo, muchos amigos. También a mi querido equipo que me acompaña, que son los que realmente laburan, lo mismo que a colaboradores y profesionales que nos acompañan y asesoran”.

En su alocución, hizo un repaso de la vida comercial de uno de los comercios emblemáticos de la región. “Todo esto nace de mis raíces. Mi abuelo nació en Italia en 1881 y en 1899, entró a Argentina. Su documento, dice Pintor de Obra y a mí, me enorgullece mucho que yo, uno, de sus nietos, haya logrado continuar ligado a la pintura”, señaló.

“También llegaron con él dos tíos míos, ya fallecidos. Mi padre fue el único de los tres que se metió con los fierros y fue tornero mecánico. Vino a Neuquén y edificó en Planas 863. En el año 1992, mi padre me alquila el local y ahí nace Dante Pinturerías”, recordó.

“En ese tiempo, yo estaba con Humedan, que ahora es propiedad de mi hermano, Sergio. Estuve diez años haciendo trabajos de membrana y vendía productos afines de comercialización, hasta que un día le dije: hermano, dedicate a esto, a mí me encanta asesorar y vender pintura, yo quiero embellecer el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, ése era mi objetivo”, dijo Scantamburlo.

Dante recordó que los primeros años fueron muy duros, “como cualquier negocio que empieza de cero y sin espalda. Comencé con una marca desconocida, vendía la marca, con un envase neutro, y yo le ponía la etiqueta que decía Pinturas El Dante. Luego vino Colorín, que me ofreció una pequeña cuenta corriente y en el año 1995, aparece Alba, porque se cayó una cadena de la zona y me vino a buscar a mí.

“Gracias a Alba, empecé a crecer de una manera distinta. Pero me faltaba algo: en el año 1999 empiezo a buscar alguien que me me hiciera la publicidad como yo quería. Para mí el marketing es fundamental y no encontraba quién me hiciera la publicidad que yo quería. Hasta que voy al cine y veo la publicidad de Power y dije que acá estaba la agencia. Mi amigo Cristian, acá presente, me recibió con su mamá y yo le cuento lo que pensaba. Cristian me dice: ¿cuál es elemento que más se vende en una pinturería? El pincel y me pidió un pincel. A los 15 días, aparece con Pintino, discutiendo conmigo en el mostrador. Y eso es lo que yo quería”, recordó.

“Ahí nace la estrella, Pintino, gracias al trabajo espectacular de Cristian que fue muy importante. Recuerdo una publicidad del año 2001, cuando abrimos una sucursal en Cipolletti y Pintino sale cruzando el río, en un bote hecho de papel, con la música de Titanic, abriendo los brazos. Fue muy conmovedor. Allá la gente nos recibió con mucho cariño”, dijo Dante Scantamburlo.

“Al poco tiempo, Cristian tiene un éxito terrible con Los Peques y me abandona, no me da más bolilla. Y entonces me fui a ver a unos mendocinos, Sergio Sevilla y su hermano. Hoy me atiende Sergio solo, desde el 2004.

El crecimiento y los vaivenes económicos

“En el 2003 empezamos a crecer, abriendo sucursales. Ya habíamos abierto en Cipolletti. Alba me daba crédito y le metí para adelante, sin tener en cuenta la parte financiera. Era terrible como vendíamos. Hoy tengo 33 empleados, pero llegué a tener el doble y unos diez locales. Tuvimos un local en Ministro González 50, tres en la calle Belgrano y Plottier estuvimos dos veces. Otro local en Centenario, en General Roca, en el Parque Industrial y en Rincón de los Sauces, donde conocí a un amigo, Oscar López, dueño de la Casa de Las Herramientas, que me posibilitó compartir el local con él. Ahí estuvimos varios años”.

“Nosotros creamos dos marcas: una es Pintino y la otra Cordillera, que nos posibilita tener mejor posicionamiento en el mercado. En el año 2008, entra en mi vida una contadora, muy profesional, que comienza a educarme financieramente, ya que me faltaba esa parte, para mí lo administrativo era secundario. Pero en el año 2014, estuve por caerme y mucho tuvo que ver Laura (quien es también su esposa). Me ayudó, logramos sacar a la empresa del pozo, hicimos una reestructuración y desde el 2015 comenzamos a recuperarnos y hoy estamos saneados, por suerte”, detalló Scantamburlo.

“Llegamos al 2020 y en plena pandemia, terminamos con la ampliación del depósito, que nos posibilita contar con un centro de distribución óptimo y hoy estamos construyendo nuestra nueva casa central. Para ello, hicimos un concurso de arquitectos y se presentaron trece proyectos”, repasó el titular de la firma.

En las nuevas instalaciones, se buscará contar con un “gran y moderno showroom, una sala de capacitación, estacionamiento muy cómodo, boxes para la entrega de mercadería adquirida por los clientes a través de e-commerce, zona de carga y descarga”y mucha amplitud para atender de la mejor manera a sus clientes. El terreno ya fue adquirido y está ubicado en Gatica al 400, en Neuquén capital.

“Ya terminando, quiero contarles que contamos con un gran equipo humano, que nos permite seguir manteniéndonos en el liderazgo zonal, son los que me acompañan y posibilitan la atención en Dante Pinturerías”, dijo a modo de cierre Dante Scantamburlo, agradeciendo a todo un equipo de técnicos y personal, y a los clientes, por el acompañamiento durante estos 30 años.

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