l gobierno de la provincia decretó este lunes la emergencia hídrica en todo el territorio neuquino, a partir de la crisis generada por el bajo caudal de los ríos, producto de la sequía.
La medida, anunciada por el gobernador Omar Gutiérrez, será por seis meses, con la posibilidad de prorrogar por otro período igual de tiempo, y contempla la asignación de partidas por 800 millones de pesos para la realización de obras que garanticen la provisión de agua para consumo y riego.
“Estamos con una con uno de los registros más bajos de la cuenca del río Limay en los últimos 15 años, con precipitaciones por debajo de los niveles que permiten el desarrollo productivo y la irrigación”, advirtió Gutiérrez.
“Para ello estamos articulando los distintos proyectos necesarios de inversión, a partir de un mapa de realización de obras que está siendo trabajado con los municipios y las áreas rurales, en conjunto con recursos hídricos, el EPAS y la actividad privada y pública de la provincia y de la Nación”, dijo el mandatario.
La medida del gobierno provincial se suma a la implementada hace dos semanas atrás por la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), que también declaró el estado de emergencia hídrica en la región, debido a la persistente sequía que se manifiesta hace más de una década pero que en la actualidad llegó a su punto más crítico.
El organismo interprovincial propuso medidas “para adecuar la operación de los embalses al objetivo prioritario de garantizar la disponibilidad de agua para los usos aguas abajo, y profundizando la vigilancia climática en previsión de la aparición de eventos máximos”.
La declaración fue comunicada a la Secretaría de Energía de la Nación, a las Provincias del Neuquén, de Río Negro, y de Buenos Aires, al Organismo Encargado del Despacho Eléctrico, y a las firmas responsables de las concesiones hidroeléctricas de la cuenca.
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