¿No te ha pasado que luego de limpiar tu la casa, luego de varias horas, todo parece otra vez desordenado? Un método sencillo permite poner en orden en el hogar.
¿De qué se trata? Si la tarea se puede hacer en menos de dos minutos, no dudes en llevarla a cabo. Esta regla establece que, si una tarea lleva ese lapso de tiempo, no hay que dejarla para después, sino que lo mejor es realizarla y olvidarse de ella.
Es una regla de limpieza que puedes extender a toda la familia, en función de las posibilidades de cada uno de sus miembros, y que se adapta a cualquier estilo de vida.
Un ejemplo puede ser el de lavar tu taza, luego de desayunar, o lavar un plato y no acumularlos en la pileta. Lo mismo puede aplicarse a la ropa que dejamos por ahí y podría estar colgada o infinidad de tareas cotidianas que llevamos adelante.
Lo cierto es que, si las haces al momento siguiendo la regla de limpieza de los dos minutos, las eliminarás de la limpieza general sin apenas darte cuenta.
Además, la ventaja de que toda la familia pueda implicarse y colaborar, es otra de las virtudes de este truco de limpieza, ya que fomenta la colaboración y responsabilidad entre quienes viven en la misma casa.