La Ley N° 3.371 prohíbe el uso de pirotecnia en particulares y eventos oficiales en todo el territorio neuquino; en ese sentido, Ministerio de Salud de la Provincia del Neuquén recuerda que infringir esta norma tiene además un impacto negativo en las personas, los animales no humanos y el ambiente.
Más allá de las lesiones que se notifican todos los años, también hay grupos de personas que sufren distintos malestares por el uso de pirotecnia como las personas mayores, personas con enfermedades cardíacas, personas con discapacidades cognitivas o neurológicas, personas con Síndrome de Down o Asperger, bebés, niños y niñas que padecen Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Generalizados del Desarrollo (TEA y TGD).
El uso de estos elementos puede ocasionar daños de diversa gravedad como quemaduras, problemas auditivos y lesiones oculares irreversibles. La pirotecnia lastima, mutila y genera discapacidad. Además, no existe la pirotecnia segura, sino que la única manera de prevenir incidentes es no utilizarla.
Manos, ojos, cabeza y rostro son las zonas del cuerpo que suelen resultar más afectadas por incidentes con pirotecnia. Mientras que el mayor porcentaje de personas heridas de gravedad se registra generalmente en niños y niñas de entre 5 a 14 años.
Es importante tener presente que si por alguna razón ocurre un incidente se deben tener algunos recaudos tales como:
Lavar la zona lesionada con agua fría para calmar el dolor y frenar la acción calórica.
No utilizar cremas, pomadas ni ungüentos caseros.
Cubrir la zona afectada con paños limpios, toallas o sábanas.
En caso de incidentes con compromiso ocular, no tocarse los ojos.
Si cae fuego sobre la ropa, se debe apagar envolviendo a la persona afectada con una manta o haciéndola rodar sobre el suelo. La víctima no debe caminar y menos aún correr.
Ante cualquier eventualidad, concurrir al centro asistencial más cercano o comunicarse al 107 con el Sistema Integrado de Emergencias de Neuquén (SIEN).
¿Cómo afecta el uso de la pirotecnia al ambiente?
El uso de artefactos relacionados con la pirotécnica contribuye a aumentar los niveles de contaminación, afectando la calidad del aire, y con ello a potenciar el cambio climático.
Los elementos pirotécnicos están hechos con compuestos tóxicos. Cuando explotan, generan emisiones de monóxido de carbono que se suman a los gases de efecto invernadero y, por ende, al calentamiento global. Asimismo, generan material particulado como pólvora, azufre o carbono que queda en el aire y luego puede ser ingerido por vías respiratorias por los seres vivos.
Es decir, los fuegos artificiales desprenden polvos muy finos compuestos de colorantes metálicos, toxinas, productos químicos y humos; todos ellos similares a los efectos que producen otras agravantes ambientales, como por ejemplo el tráfico.
Por otro lado, está demostrado que el uso indebido de estos artefactos, combinado con las altas temperaturas, viento y sequías, favorecen los incendios. Vale destacar que además de generar contaminación acústica, otra forma de contaminación está relacionada a los envoltorios y empaques que aumentan los residuos que quedan tirados.