La ciudad de Neuquén cuenta desde hace 10 años con dos centros de transferencia: uno ubicado en el este, en las calles Boerr y Tronador, y otro en el oeste, en Novella y Quimey. En lo que va del año, entre ambos, se recolectaron 17.000 toneladas de residuos voluminosos y secos.
Cristian Haspert, subsecretario de Limpieza Urbana, destacó que “cada año el balance que hacemos es mejor”, y detalló que “en lo que va del año, en el centro de transferencia del oeste se juntaron 9.500 toneladas, y en el del este, 7.500. Para dar una idea, esto equivale a 30 o 35 piletas olímpicas, una al lado de la otra, llenas de residuos voluminosos”.
El funcionario señaló que lo que más reciben son chatarra, residuos voluminosos, bicicletas viejas, lonas, heladeras y termotanques. Además, destacó que los vecinos y vecinas también acercan cartón, plástico, botellas, vidrio, papel y trapo.
En cuanto al destino de los residuos reciclables, explicó que estos son trasladados al Complejo Ambiental ubicado en la meseta, donde son clasificados por una cooperativa, “de esta manera se contribuye a la generación de los sueldos de las personas que trabajan allí”.
Por otro lado, los residuos no reciclables también son enviados al Complejo Ambiental, donde se realiza un proceso diferente. “Se depositan en cavas de gran profundidad que cuentan con un tratamiento previo y una geomembrana que evita el contacto directo con el suelo y las napas de la ciudad. Una vez llenas, las cavas se sellan”, explicó Haspert.